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martes, 27 de noviembre de 2012

Amos de libertad y destrucción

¿Dónde te ocultabas desprecio inquietante?
enemigo íntimo de mis pasiones
usurpador de tus mismas tragedias,
¿por que ahora te haces mas distante,
de todo aquello que de mi odiabas?,
¡ah!, pero perdón, también me amabas...
nunca lo dijiste, ven acercate, conversame,
usaste contra contra ti esas mismas ironias
que antagónicanicamente armaste para tu muerte
que destino tan demente, yo quería asesinarte,
fuiste víctima y victimario consecuentemente.


Insolente, si, tu que castigaste todas aquellas palabras
que asimilaste mientras huías de mis pretensiones
yo fui la vil e infame causa de tus ausencias,
y aun así te entregaste a estas infieles emociones...
en el dolor que contra ti mismo incubaste,
permiteme encontrarlas, permiteme,
ofrecerle un poco mas de tu dolor, que es mio,
de tu inextencia que se posterga ante mis sombras
o de los fantasmas que algunas veces fueron tuyos
y ahora no se a quienes mas traicionan.


Yo soy quien en contra ti se detuvo a morir
y te atreves aun así a llamarme mártir.


Mirame y se uno con estas palabras
que se resbalan por las simulaciones
de cada uno de estas letras suicidas,
no quiero escuchar tus insinuaciones
yo fui el caos en que te convertiste
autor y obra de las circunstancias
que insospechadamente adoraste,
maldice, odia y mutila cada instante
que la lascivia te permite en reminicencias
que ya no recuerdas ni por ser tu,
ni por ser yo, o ser por ser,
seres sin nombres que se postergan
en aquella lapidas sin ataúd
en la que se bosquejan
similitudes incongruentes
que ignoran lo que fui yo o fuiste tu,
en todas tus aberrantes irreverencias
nombres, ocultos nombres
del príncipe de la dulces penas.

Eres mucho mas de lo que nunca imagine
escucho los susurros de tus pies tras mi puerta,
sin miedo a lo que me ofrescas te maldigo,
se que estas ahí sonriente, abre me, dices: soy tu amigo,
siento en mi piel tus dientes clavados
a cada una de mis espaldas...
puedes irte o entregarte a mi olvido
ahí esta la paciencia de los santos
esta seducción también es tu muerte,
yo me entrego a lo que de ti no amo,
un instante perdido o una eternidad
muriendo en la guadaña en la que ahora estamos.
mirate en estos ojos humanidad
solo somos lo que nunca sabrás...

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