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lunes, 31 de mayo de 2010

Pasiones de un amor siniestro

Ella dejo de buscar en su amor

las pasiones conflictivas y perversas

que fallecieron al ver nacer el dolor

que este ser desterrado ya no desea...


Se ofreció al delirio de todos sus besos,

a su cansada nostalgia, con ojos ya muertos.

No se mentía entregado al desprecio

al quebrando ensalzado en su maldad,

que no se adora ya en los recuerdos amados

acariciando en ella todas las arrogancias

que ese inquieto, mal humorado y necio

sentimiento de arder en las penurias del deseo

desataron en el abismo de todas sus tristezas

preguntándose: ¿dónde están ahora sus bellezas?


Pudo entregarse a la perdición del acto

mientras los cuervos devoran sobre su cuerpo

los gusanos alimentados por ese suplicio

del cual no queda nada, ni ganas de llorar,

ni miradas de alegría bajo el solsticio

de un invierno ficticio, donde el silencio

era el autor insoportable de las penas

de seguir muriendo, de seguir viviendo,

cada angustia deseada por la melancolía

con apatía temeraria a cada recuerdo incierto

condenado a lo que ya no siento,

por creer que la felicidad no era solo una idea

de una expresión placentera

que solo duraba un segundo

condenandose a su olvido, para que muera,

tan solo eso, es lo que ya no quisiera.


¿Dónde mueren los amores siniestros?

cansados de actuar con la verdad como forma de engaño

con principios manipulados por extraños,

de un confuso herir por todo lo que en si quiso

y de amar todo lo que en si no le fue permitido.


Uso cada letra para una acción indeterminada

tal vez tome de usted un poco de aliento del que perdí

y le pregunte a mi sangre; ¿por qué esta perdida?

entre huir de ti o dejar ser amada por ti,

por cada seducción a la que ahora le temo,

por mi debilidad hacia la sensualidad,

hacia el corazón que ya no entiende de aromas

de memorias, de rostros, cuerpos o personas.


Perder la fe en el amor es no tener,

es no querer entregarse a la debilidad

y pensar que las pasiones solo son siniestras,

formas de elogios hacia el ego del querer,

hacia el amar para no tener,

hacia el ansiar para a volver a perder,

por que en la sucesión constante de mi delirio

amar fue algo importante, ahora mi castigo,

y si mis palabras no le mienten a mi silencio

me confieso a mi mismo de tu ser sediento,

por no querer justificar lo que fui

un amante de lo que por ti escribí

un amor siniestro sin pasiones por las que vivir.

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