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sábado, 5 de junio de 2010

Despreciable melancolía




Le escribo a tu ausencia, por que sé que no volverás,
para creer que tengo fuerzas y llegar a no desfallecer
en el momento de olvidarte o de tratar siquiera tocarte,
en cualquiera de los intentos de aniquilar las palabras
que amé al suspirar intenciones en ese ultimo atardecer
en donde mirándome a los ojos nunca te encontré
y t
ú, despreciable melancolía fuiste lo que no debió ser.

Fuiste un suspiro incandescente desde el alba al anochecer,
fuiste la duquesa de un reino que no debió verte nacer;
atrapaste mi conciencia, que desaliento, yo que por ti lloré,
y no conforme con mi arrepentimiento mis ganas
vomité
para odiarte, para maldecirte, también para no tocarte,
ni con la intención que con mi fe muerta te otorgue,
para suplicarte que te fueras y nunca mas verte volver,
pero aquí estas de nuevo, intimidante y fieramente
enamorada de mis mortificaciones, si te hablo a
, por que
eso ya deberías de saberlo, pero me ignoras otra vez.

Quien en t
í se sufra que se muera, y con el sus ganas
pues yo ya no te quiero aun que me quieras...
tampoco necesito de todas tus malditas pasiones, esas locas
atrevidas, soberbias y despojas de bondad, que se mueran todas...
Pero coño, es que no existe mas cobardía en estos versos que asientas,
en este corazón imprudente que no hace mas que humillarse para
volver a quererte, por que no soy nada sin tí, melancolía.
Quiero, quiero que vuelvas con el jubilo que solo otorga tu alegría,
por que a mis mudas palabras le robas el desaliento
y aun que muera de ganas por olvidarte estoy de ti sediento,
y aun que no suene sincero sabes que de todo esto me arrepiento.

Si sé que soy el culpable, también la culpa es de mi amor
que se deja amar y luego de perder me envía a ti para que te llore,
para que te culpe de todos mis pesares, de mi dolor,
de todas las tragedias que en tu nombre se pose
ese constante flujo de cobardía; si también el corazón
tiene la culpa, por dejarse creer todo lo ella le dice
si también esta esa ilógica y fastidiosa razón
que al final solo quiere echarte la culpa y lo siento,
pero tú melancolía eres lo único que me queda y te amo
no solo por que me entiendes, sino por que eres como yo.

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