¿Donde estarás desolación cuando te busques
y dentro de ti misma no encuentres dolor?
¿Que harás para que pueda amarte
en este universo vacío de calor,
si hasta en esta muerte la esperaza
esta cansada del desamor...
Me marcho de la memoria del recuerdo
para no poder ser ni lo que escribo,
todas las consecuencias del averno
no describen este insentimentalismo
en el que al respirarte ahora mismo
estoy muriendo, al recordar lo que ya fuimos.
Siento las olas del mar quebrarse de agonías
por querer capturar mi infelicidad,
solo saciarían todas estas penas
en las que me dejaste y desde que no estas...
las busco aun que sean mi propia condena
pero olvídate de mi aun que no quisiera
estoy dirigiéndome a un lugar donde no existe
el sentimiento y la calma es solo desolación
ya se lo que pasa cuando muere la devoción.
Insisto en que el inicio del caos no es solo terror
cuando en vosotros muere el elegido
las desgracias no solo están en la imaginación.
Ven desmiente estas dolencias con tu amor
disminuye tu respiración con el fuego
que separa de tu ser toda adoración
infame a la amargura de la oscuridad
ya no sabes si álmenos tienes corazón
por que sin ti, me entrego a la soledad.
¿Donde estabas cuando me alababa en estas blasfemias
contra todo lo que creía? y aun que por ti moría
enaltecía en toda dolencia hacia ti las miradas,
por gemir en mis caricias te desvivías
y bebías de mi sangre con amargura desatada,
pero en la muerte encontré toda carencia
de fe de espíritu y almas perversas.
Me acopio a la inexpresión de la belleza
a la incerteza que esta lapida le entregada a mis cenizas
siento en todas estas muertes reverencia
por la ingratitud que se alejaron de ti,
¿donde estabas cuando el veneno me consumía?
¿cuando no podía ya regresar desde mi
a todo lo que fue mi existir?
Afligidas las dolencias mueren despacio
entregadas a las ironías de estos sarcasmos
fuera de la voluntad muere el desquicio
por amar aquellos besos y aquellos cuerpos
que no se enajenan contra este sacrificio
entregadas dentro de ti al todo
y que solo ahora mueren a despojos...
Ya no pueden volver las lagrimas a los ojos
ya no le temes a una muerte segunda
esta pena infame e iracunda, me inunda
las venas con sacrílega soberbia
del cosmos solo soy la inexistencia
y de esta sumisión la indolencia.
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