Caminando bajo la lluvia del tiempo
bebía de las lágrimas del olvido,
lo que desee fue un momento de paz transcurrido,
mientras me agitaba bajo la estancia del odio
me encamine en los pasos del pasado,
pedí libertad
y me dieron olvido,
grite por amor,
obtuve un silencio aguerrido;
emancipe las armas de la inmovilidad,
pero que sentido tiene luchar contra lo eterno,
si lo etéreo solo es un eco en esta tristeza
y cuando escuchas los recuerdos quemados
e imploras por decadencia...
solo a ti vuelve aquella promesa
de que la desolación es algo habitual
y que la maldita suspicacia
no es más que el ego engañándose así mismo,
aclamando por situaciones que no han de llegar
por que en la eternidad vives en el futuro del pasado
y duermes por siempre el insomne sueño
de vivir algo sin saber por que lo has vivido.
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